La actitud cuenta. Siempre ha sido así pero hoy en día, ante la mala racha que estamos viviendo a causa de la crisis económica y sus consecuencias, podemos decir que la actitud es, más que nunca, un elemento diferenciador. Cada persona es un mundo y, por tanto, las maneras de encarar no sólo la adversidad sino también las oportunidades que surgen a nuestro paso son muy diferentes. No obstante, determinados aspectos pueden ayudarnos a que etapas como las de formación y búsqueda de empleo sean más fructíferas. Vamos a ver tres ejemplos ;)
Proactividad
Tomar el control de las situaciones, proponer mejoras y llevar a cabo iniciativas para implementarlas es un aspecto positivo que puede beneficiarnos en muchas circunstancias de la vida. Una persona proactiva es alguien que se anticipa y busca soluciones para inconvenientes que aún no han tenido lugar, tratando de ir por delante para facilitar los procesos de cambio y evolución. Para alguien que se encuentra formándose, ser proactivo significa no quedarse en la superficie, sino ahondar en los conocimientos que se quieren adquirir buscando nuevas fuentes, tendencias… siempre en proceso de aprendizaje y reciclaje continuos. A la hora de buscar empleo la proactividad se transmite de manera positiva durante un proceso de selección, ya que esta actitud demuestra que los candidatos saben anticiparse a los problemas y plantear alternativas que permiten superar obstáculos.
Versatilidad
Los momentos de crisis requieren flexibilidad y capacidad de adaptación a nuevas realidades que, quizás, no se habían tenido en consideración hasta ahora. Por eso, una persona versátil lo tiene mucho más fácil a la hora de formarse, porque es capaz de asumir que su curriculum puede necesitar conocimientos extra que, a la postre, le supongan una ventaja práctica real. Así, más allá de convertirse en experto en una sola área, un profesional con amplio margen de versatilidad sabrá demostrar en una entrevista de trabajo que puede valer tanto “para un roto como para un descosido”, como suele decirse. Una cualidad que las empresas de hoy, en constante proceso de cambio y reinvención, valoran especialmente.
Innovación
El concepto de innovación es de los más utilizados hoy en día. Y es que, no en vano, profesionales y empresas buscan nuevas formas de hacer negocio en un contexto en el que muchos métodos tradicionales comienzan a flaquear. Tener una actitud innovadora supone analizar, plantear y desarrollar proyectos de manera distinta a como se ha venido haciendo hasta ahora. ¿Cómo se traduce durante el desarrollo de un curso? Por ejemplo utilizando herramientas y aplicaciones digitales que, de manera paralela a lo ofrecido por el programa formativo, ayuden a maximizar el aprovechamiento que hacemos de esos conocimientos. ¿Y a la hora de buscar empleo? Pues aplicando dosis extra de creatividad a la hora de diseñar un CV o teniendo ese punto de ingenio para responder preguntas “trampa” de manera satisfactoria, por poner dos ejemplos.
¿Qué os parecen estos tres aspectos? ¿Qué otros consideráis relevantes en la combinación formación-búsqueda de empleo? ¡Animaos a compartirlos en los comentarios! ;)
Redacción
Equipo de Redacción de Cuadernos de e-Learning, el blog de Formación Digital.
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